EL HOMBRE PALET

¿El ciclismo de carretera mata?

Me encanta practicar ciclismo. El de carretera más que el de montaña. Y eso que me he recorrido todo el norte de España en btt con un saco de dormir en las alforjas. Esas eran mis vacaciones hasta que tengo familia fulltime. Es una forma preciosa de hacer turismo, pero no es mi rollo.

Yo prefiero la flaca. Mi bici de carretera.

Levantarme temprano. Casi de noche. Pillar dos bidones congelados y cruzar el pueblo bostezando hasta llegar a la carretera.

La gente te mira raro. Siempre.

En invierno porque vas literalmente tiritando hasta que coges carretera. Parado en el semáforo (Sí, algunos lo hacemos). Con la menor cantidad de ropa posible. Todo sobra a la vuelta y lo sabes. Los coches parados al lado no pueden evitar mirar tu ropa hortera y ajustada.

En verano porque te cruzas con los que acaban de terminar la fiesta y esos sí que te miran con cara de flipar en colores. “Las ganas que hay que tener para pasarlo mal durante horas con lo agustito que se está tomando una cerveza en una terraza”. Yo es que la cerveza que mejor me sabe es la que me tomo justo después de aparcar la bici en casa. Es mi isotónica preferida.

El ciclismo de carretera engancha.

Yo siempre que he practicado deporte es para competir contra mí mismo. Suelo hacer las mismas cuatro rutas. Empecé tarde en este mundillo y mi peso no ayuda a ser bueno. Así es que sé que si ese día mi media era de 28,5km/h es que o hacía aire (el aire siempre va en contra) o estaba flojo. Y ese día que pasaba de 30 km/h de media para mí era un subidón tremendo. Aparcas la bici con una sonrisa de satisfacción que no te cabe en la cara.

Siempre que salgo en bici voy con el pulsómetro y algún app tipo endomondo. Para monitorizar GPS y pulsaciones. Creo que así me obligo a darme un poco de caña. Los datos son los que son. No te puedes hacer trampa a ti mismo así. Lo primero ser honestos. Y con uno mismo más. Y en los tiempos que corren, si me caigo en bici, al menos podrán encontrarme por el GPS. Yo prefiero entrenar sólo.

La superación es es lo que me engancha de la bici de carretera. Te obligas a mejorar. Cada vez intentas aguantar el plato grande más metros en esa subida. Te fuerzas a ir siempre un poco incómodo. A sufrir lo justo para disfrutar. Aunque petes. Aunque pilles el pajarón del quince. ¿Para qué has salido si no? Ya sólo quedan tres kilómetros de subida. ¿Te vas a sentar ahora? Venga. Levanta el culo. Aprieta los dientes, joder. Suena a rollo masoquista, pero en el fondo el deporte es así. Tu cuerpo te recompensa con endorfinas por el esfuerzo. Somos yonkis de nuestra propia droga. Si no te sudan los codos, si no acabas con sabor a sangre en la boca, es que no lo hiciste bien.

Pero por mucho que me guste.

Ya no monto en bici.

La tengo colgada en el salón.

Y la miro de vez en cuando.

Le meto aire a las ruedas. Le paso un trapito para el polvo.

Pero ya no la cojo.

Desde que nos quedamos embarazados le cogí miedo.

Y no sin razón.

En lo que va de año (12 de junio) han muerto en las carreteras españolas 25 ciclistas. Casi todos atropellados. Y la gran mayoría por conductores borrachos y drogados. También algún abuelo que ha pasado un certificado médico sin apenas ver ni distinguir una bicicleta de una mosca.

No quiero dejar huérfanas a mis hijas.

No quiero dejar viuda a mi mujer.

Es un hobby. Me encanta. Le hace bien a mi cuerpo. Pero tengo un miedo inconsciente que no me deja coger mi bici.

Yo me he caído varias veces. He partido dos cascos por la mitad. Y eso no me ha detenido. Pero desde que nos quedamos embarazados no la puedo coger. Por mucho que me enganchase. Por mucha pena que me dé. Ya no es sólo jugársela en cada curva. Incluso en rectas con perfecta visibilidad hay un puto animal dispuesto a llevarte por delante.

Hay mucho iluminado que alega que la carretera es para los coches y que nos den por culo a los ciclistas. Que molestamos. Que sobramos. Si nos pillan pues no haber salido. Que ese no es nuestro sitio. MUCHAS veces el típico imbécil que no puede esperar 30 segundos a llegar al cruce y te echa el coche encima para pasar y encima te pita y te hace la peineta por poner algo light. Ahora hasta tenemos un conductor pervertido que se hace pajas en paralelo a ciclistas mujeres en la ruta de la plata. Y ni por esas la ley puede hacer nada. No pasa nada. No hay nada que hacer. Es culpa del ciclista por salir a practicar su deporte.

¿Seguro que no hay culpables?

Hace poco en Navarra atropellaron a David Herreros “Dabor”. Deja huérfana de padre a su hija de cinco años. Su imprudencia. Dejarse atropellar por un conductor de 81 años que no le vio en una rotonda. Dios mío. 81 años.

¿Estamos seguros de que los certificados médicos sirven para algo? ¿Se le revisó a ese hombre la vista de verdad? ¿No tienen que hacer alguna prueba de habilidad para demostrar que son capaces de conducir sin ASESINAR padres de familia?

Certificados médicos

Yo me di cuenta el año pasado de que era hipertenso al renovar el carnet de conducir. Fui corriendo (en bici) a sacarme el certificado médico. Corriendo porque era viernes a las siete de la tarde y ya tenía el carnet caducado. Obviamente no quería quedarme sin carnet para el fin de semana. Y PUM. 16-11 de tensión. Madre mía. Yo ni sabía que podía tener eso.

Pues con esa tensión no me dejan renovarle el carnet. Lo siento.

Normal que no me lo renueven. Me puede reventar algo en cualquier momento y atropellar a todo Dios.

¿Qué creéis que pasó? Puse ojitos un rato. Me volvieron a tomar la tensión (15-10) y me dijo. Bueno. No debo pero vale. Y me renové el carnet. Por cierto con unas barbas de integrista que dan miedo. Es lo que tiene ir corriendo a hacer las cosas. No se cuidan los detalles.

Si yo, que tengo unas ridículas habilidades sociales de programador web, soy capaz de sacar el carnet, imagino que este conductor de 81 años también tendría sus armas de seducción. ¿Por qué el certificado médico se saca en centros privados? Está más que demostrado que pagando se lo saca cualquiera. Es como la ITV en Madrid. Creo entender que está liberalizada y hay ITVs en cada esquina. ¿Qué pasa? Que al que te echa para atrás no vuelves a ir. Así es que en Madrid pasas la ITV con el cuadro de mandos llenos de luces rojas. Igual que los certificados médicos en centros privados.  Pasas aunque no estés capacitado para conducir.

Un coche es extremadamente peligroso. Un cuñado mío me dijo el día que me saqué el carnet “enhorabuena, ya tienes licencia para matar”.

Y por desgracia es así.

No podemos evitar que haya borrachos y drogadictos poblando nuestras carreteras. Es imposible. ¿Prohibimos las drogas? Ah, no, espera que ya están prohibidas. Ni siquiera un sábado a las 11 de la mañana te libras de ser asesinado por uno de ellos. Pero por lo menos creo que se debería ser más riguroso con los certificados médicos. Es un disparate que haya abueletes y trolls con “licencia para matar”.

¿No se pueden hacer pruebas de drogas? ¿De las que comprueban si es un drogadicto habitual? ¿No se pueden mejorar los simuladores para comprobar si el conductor tiene reflejos y visión correctas? ¿Con pruebas del siglo XXI?

Por el bien de nuestras carreteras.

Hagamos algo.

Los ciclistas queremos volver a casa.

Nuestras familias nos esperan.

Gracias.