A los papás blogueros les encanta hacer carruseles ya sean musicales, ahora de posts temáticos y hasta algunos nos gustan de vídeos.
En el tema de esta semana quizá debería decir qué me encanta hacer como padre.
Pero la verdad es que me gusta presumir de decir siempre la verdad.
Y momento favorito del día es el que aparece en la foto.
Eva lo llama nuestro abrazo de piernas.
Puede ser en mitad de la noche, después de hacer el amor o casi siempre al despertar.
Cuando le das un manotazo al despertador y sabes que más o menos tenéis cinco minutos para vosotros.
Te acercas con cuidado e intentas pegar el máximo número de centímetros cuadrados de tu piel con la suya.
Entrelazas muslos, caderas y pies.
Sientes su piel, su olor, su energía.
No solemos hablar más allá de un buenos días cariño.
El mundo literalmente se para durante ese abrazo .
Si coincide con que no hay que llevar a ningún niño al colegio puedo quedarme oyendo su respiración sin límite.
Nos agarramos fuerte.
Que nada ni nadie rompa esto.
Mente en blanco, sólo sentir y darte cuenta de la suerte que tenemos.
Estoy convencido de que los abrazos son curativos.
Nosotros teníamos enfermo el corazón antes de conocernos y nos estamos sanando cada día más y más.
Yo no cambio ese abrazo por nada.
