Siempre he sido de ciudad. Estaba acostumbrado a dormir con ruido de tráfico y bares de fondo. Incluso con carteles luminosos a medio metro de mi ventana a lo Blade Runner.
Pero conocí a Eva
Eva es de pueblo de toda la vida. De pueblos pequeños. Su padre era médico de familia en Extremadura y cambiaban de destino cada pocos años. A veces a sitios donde niños de distintas edades iban a la misma clase porque no hay más que un profesor en el pueblo.
Ella ha vivido en ciudades grandes también y tuvo claro cuando se quedó embarazada que quería que sus hijos fueran de pueblo.
Y es que la vida aquí es más fácil.
La foto de la portada es de la piscina de El Viso del Alcor. Es el pueblo de al lado de Mairena. Los separa una calle. Y en esta piscina de verano de 50m puedes entrenar por un euro el baño hasta las diez de la noche. Y si haces como yo y no llegas antes de las nueve puedes nadar sólo. Eso es un lujo. Un lujo barato y sobre todo sencillo y rápido.
Puedo llegar en menos de cinco minutos. Puedes aparcar en la puerta. Puedes ir en bici y aparcar dentro. Acabas conociendo a la gente porque sois los mismos siempre. Y eso es hacer la vida más fácil. Y más cómoda.
Quien dice nadar dice hacer la compra o traer y llevar niños al colegio. Todo está más cerca y con niños, siempre tienes la sensación de que el pueblo es más seguro. Y eso pues sí que es importante.
Y deasde que llegó la fibra, trabajar o hacer papeleos ya no es un problema.
Aquí, si alguien pita en coche es para saludar a un vecino. Aquí se conduce a treinta por hora y si se tiene que parar en mitad de la carretera para hablar con su primo, se para, y nadie protesta.
Aparcar siempre en tu puerta.
En Mairena nadie aparca en la puerta de tu casa. Es tu plaza y se respeta más que ninguna otra cosa en esta tierra. Se cuentan antiguas historias para no dormir acerca de los conflictos por las lindes, pues bien, las plazas de aparcamiento de tu casa son las nuevas lindes pero dentro del pueblo.
Puedo hacer rutas en bici de montaña por campo con sólo cruzar la calle. O correr por carreteras sin tráfico. O dormir con la ventana abierta sin que pase ni un coche en toda la noche.
A este pueblo sólo le falta tener costa. Siempre he tenido la ilusión de vivir en una ciudad con mar. Aunque creo que ahora me gustaría más un pueblecito con mar y que pueda aparcar en la puerta de casa. Sólo es cuestión de seguir buscando.
¿Y tú? ¿De qué eres?
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