#ElTemaDeLaSemana – El peor momento del día

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Alfonso Sánchez Fernández

Desarrollador de Aplicaciones Informáticas. Entre líneas de código, pedaleo, nado y trasteo con placas solares y cacharros tecnológicos. Siempre explorando nuevas formas de optimizar y automatizar.

Mi peor momento del día tenía hora.

Y lugar.

Martes y jueves y la mitad de los domingos a las 19:20 horas.

Hace poco más de un mes que este miedo no forma parte de mi vida real. Pero tal y como están las cosas sigue revoloteando por mi cabeza todos los días.

Mi peor miedo es fallarle a mi hija.

Y lo hacía en contra de mi voluntad unas diez veces al mes con puntualidad británica.

Cuando tienes que hacerle entrar en el coche llorando y no puedes ni quieres explicarle qué es una sentencia, qué es una custodia y por qué no puede dormir conmigo esa noche.

Mirar el reloj por la tarde, ver que se acerca la hora y estar pensando en si esta tarde volverá a tirarse al suelo llorando o si sólo se quejará un poco.

Mi peor momento del día.


28 respuestas

    1. Lo dejo caer en el post.
      Ya, afortunadamente, hace casi dos meses que mi hija duerme conmigo y puedo llevarla al colegio por las mañanas.
      Pero es, digamos, una concesión.
      No sé si durará.
      El miedo sigue ahí.

    1. Pero en su mente ¿qué puede pasar?
      ¿Por qué pensará que ocurre todo esto?
      Su papá, al que me consta que quiere con locura, no es capaz de conseguir que se quede a dormir en casa.
      ¡Pero si papá lo arregla todo!
      Si quiero que mis hijos me recuerden por algo es por decirles siempre la verdad.
      Aunque en este caso, sin mentir, se la tenía que suavizar.
      Para mí es importante que mi hija tenga una buena relación con su madre.
      No me va a oír nunca hablar mal de ella.
      Ni a mí ni a mi entorno, al menos si yo estoy delante.
      Pero la sensación es la de fallarle.
      Ya he contado que la situación ha cambiado y hace un par de meses que hemos vuelto a la situación del año anterior, pero, no sé lo que durará esta vez.
      El miedo sigue ahí.
      Y no puedo evitar sentirme mal cuando llega la hora , aunque esta vez no tenga que llevarla a ningún sitio.

      1. El finde del 15 de abril. Subimos a Madrid al Parque Warner y aprovechamos para hacer turismo. Se lo pasaron genial callejeando por ahí y en el mercado medieval.

        ¿Has cerrado el blog?

        :-O

  1. Lo siento mucho, debe ser un momento muy muy duro. En estos casos, lo mejor es pensar en ellos, que están indefensos ante decisiones a veces no del todo racionales, de los adultos.
    ¡Mucho ánimo y mucha suerte…!

  2. Qué triste…
    Cómo podría una sentencia tener en cuenta las emociones de los implicados?…si es que somos padres, madres e hijos 24hs 7 días a la semana, eso no se puede dividir en el corazón ..
    Ánimo !

  3. Que mal. Te entiendo perfectamente, mi marido «ya se ha acostumbrado» Lleva así 8 años, al principio lo pasaba fatal y lo peor es que como tú dices los niños no entienden de sentencias ni jueces. Por desgracia a nosotroa nos toca luchar contra la alienación parental que ejerce su exmujer, poco que hacer ya a estas alturas. Una pena usar a los niños como arma arrojadiza.

  4. Viví por lo que vive tu hija, y créeme cuando llegue a la edad correcta entenderá porque y ya podrá exigir quedarse.

    Nada podrá evitarlo. Ánimos

    Posdata: AMO a mi papi con locura a pesar de no haberme criado con él. Es un gran hombre y ahora un gran abuelo.

    1. Ya, pero no quiero que nos perdamos todo este tiempo.

      No es justo para nadie.

      El rencor o lo que sea que lleva a los exs a amenazar y limitar al máximo las horas con nuestros hijos no justifica el daño que se nos hace tanto a adultos como a los propios hijos.

      Yo aún sigo esperando una justificación de por qué. Y sé que seguiré esperándola de por vida porque no tiene nada más allá del rencor.

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