EL HOMBRE PALET

Por qué tu marido ve porno pero ni te toca

Sí. Tu marido ve porno. Si no lo busca se lo mandan. Grupos de whatsapp, compañeros de trabajo, amigos. Llegarle le llega. Esos anuncios que saltan en el PC no han llegado sólos al ordenador. Alguien pulsó por error donde no debía en su momento.

Antes de ser padre, recuerdo que el momento más esperado de toda la semana eran las tres de la tarde del viernes. A menos cinco ya salíamos todos en estampida al bar de “la abuela” a tomarnos cerveza como si la fueran a prohibir.

Compañeros, conversaciones banales y entre cerveza y cerveza se iba aumentando el nivel de sinceridad. Se empezaba criticando a los jefes o a los compañeros para acabar despachándose con las parejas. Tanto las unas ponían verdes a sus respectivos como los otros más de lo mismo.

Empezaba siempre el típico a mirar el móvil y a decir “uf, tercer aviso de la jefa, me tengo que ir”. Y lo típico de las compañeras era “Bah, para qué voy a ir a casa si lo que me espera es el capullo de siempre. Si ni me toca. ¡Ponme otra Manuel!”.

Y entre birra y birra, cigarro y copas acababas con la sensación de que el deporte nacional es criticar a la pareja.

¿Por qué vemos normal criticar a la pareja?

Actualmente, ya siendo padre, aún me pego una escapada algún viernes al mediodía para tomarme una cerveza con los amigos. Yo ya no tengo horario de oficina, ni jefe que criticar ni por supuesto voy a hablar mal de mi mujer nunca. Pero aún así me gusta tomarme unos botellines helados de esa marca tan odiada de despeñaperros para arriba pero que aquí nos la meten con calzador.

Estando hace unos meses en la segunda hora de la cervecita rápida, ya alguno había empezado con los cubatas. Bar de copas, en Sevilla capital. Sitios con mucho postureo y mucha tontería. Y cuarentones bebidos mirando con los ojos vueltos a todo lo que se mueve. “Mira esa cómo pide guerra”, “Anda que a esa otra no le daba yo lo suyo”. Sí, literal. Ese es el nivel. Parece que estamos viendo una partido de fútbol.

Sentirse atraído sexualmente por un@ desconocid@ me parece bastante lícito y normal. Lo que no entiendo es por qué acto seguido se queja de lo poco que folla con su mujer. Que si se hace más pajas que un mono y que si has visto la página esta de porno. Cabrón. Deja la copa, vete a casa y acuéstate con tu mujer. Ella estará haciendo lo propio con sus amigas. Poniéndote verde porque ya no hacéis nada.

¿Por qué sigues en el bar?

Toda la puñetera semana fuera de casa trabajando. Llega el viernes y prefieres irte de copas y zorrear por ahí. Pero es que lo peor es que es un deporte nacional. Y no hablo de “despejarse” un viernes por la tarde. Hablo de dejar de hacer el amor con la pareja. De dejar de buscarse. De mirarse con deseo. De rozarse cuando te cruzas en el pasillo.

Que sí. Que han pasado los años. Que hay otros factores que pueden llegar a matar la pasión. Que si los niños están por medio. Que… Que…

Creo que poco hay más importante que cuidar a tu pareja. Al menos para mí el sexo con mi pareja es sagrado. Y pocas cosas lo son para mí.

Yo tengo tres pilares para no joder relaciones. Y soy un experto en relaciones jodidas:

1.- No irse a la cama nunca sin haber soltado aquello que te molesta. Hay que hablarlo todo. Hablar de qué te ha molestado. Preguntar si hay algo pendiente que quieres decir. Y responder siempre con el corazón. Es tu pareja. Si no hay confianza para contarlo todo mal vamos.

2.- Dormir sin ropa. Ayuda. Mucho. Y personalmente es mi momento favorito del día. Me quedo normalmente hasta altas horas de la madrugada con el ordenador trabajando de noche para poder llevar y recoger a Paulina al colegio. Y cuando me acuesto por las noches, desnudo, necesito que mi mujer esté esperándome con la misma ropa que yo para abrazarla con las piernas y no despegarme.

3.- Éste es el más sencillo pero tan eficaz o más que los anteriores. Pon un pestillo en el dormitorio. No hay más preguntas señoría.