El día que decidimos rebelarnos

Picture of Alfonso Sánchez Fernández

Alfonso Sánchez Fernández

Desarrollador de Aplicaciones Informáticas. Entre líneas de código, pedaleo, nado y trasteo con placas solares y cacharros tecnológicos. Siempre explorando nuevas formas de optimizar y automatizar.

Escribo desde el móvil, de madrugada en la cama. Mi mujer duerme intranquila a mi lado. Yo estoy nervioso como un flan porque en unas horas deberíamos estar en un hospital. Forzando el nacimiento de Matilde. Inducción. Por imposición de un señor doctor que no nos conoce. Que no sabe absolutamente nada de nosotros, pero que quiere ponerle fecha al nacimiento de segunda hija. Todo esto lo explico mejor en mi post anterior.

Mi mujer está completamente desconectada. Sigue sin créerselo. Éste no es el final de embarazo «tranquilo» que queríamos tener. Así no se puede relajar. Demasiada adrenalina, antagonista de la oxitocina que necesita Matilde para nacer.

Y es precisamente en estos momentos en los que la ansiedad lo embarga todo en los que tomas conciencia de lo que es ser pareja.

Hoy hemos tenido el momento más íntimo de nuestro embarazo.

Nos gusta hablar y solventar si hay algo pendiente de nuestro día a día en la cama. Desnudos. Abrazados hasta con las piernas. Sin aire entre nosotros. No queremos irnos a dormir si hay algo que no tengamos del todo claro. Y esta es nuestra forma de hablar con el corazón en la mano.

Hoy estaba claro que el tema pendiente era y qué pasa mañana. ¿Estamos seguros de rebelarnos y no ir a la inducción de Matilde?

Puede parecer que si lo tenemos tan claro no hay duda posible. Dices tranquilamente. «No vamos». «No hay inducción que valga. Matilde saldrá cuando le toque.»

Pero tienes miedo.

Quedan pocas horas para estar supuestamente en el hospital. Como el que va a quitarse el apéndice. Y ya está. Te aseguras que Matilde estará aquí mañana o pasado. Y casi con toda seguridad perfectamente sana.

¿Entonces por qué no vamos?

En ese momento recuerdo el nacimiento de Paulina. Inducción. No salía. Cesárea.

¿Por qué tuvo mi ex pareja que someterse a una intervención quirúrgica? ¿Realmente eres necesario? ¿O quizá nos podríamos haber ahorrado todo ese mal trago?

Nosotros nos lo ahorramos.

No vamos mañana.

Ya iremos de urgencia en unos días cuando Matilde quiera salir.

Pero dudas.

¿Si pasa cualquier cosa por esperar, serías capaz de perdonártelo?

Miedo.

Ese horrible consejero que no te deja hacer las cosas bien.

Que te hace perderte media vida esperando y no haciendo nada, no sea que pase algo.

Muy mala compañía.

Pero esta noche. En nuestro momento íntimo, hablando acerca de mañana, éramos tres en la cama. El «amigo» miedo quería dar su opinión.

Eva está desconectada completamente. Así es que me toca a mí, abrazando su cuerpo por detrás, recordarle lo maravilloso de estar embarazada. La magia dentro de su cuerpo que surgió del amor.

Abrazo a Matilde también. Responde poniendo tensa la barriga de su mamá. Yo creo que nos escucha y nos entiende.

No hay nada en todo el planeta comparable a estar creando una vida dentro de tu propio cuerpo. Es pura magia. No podemos permitir que factores humanos externos y estúpidos te impidan disfrutarlo al 100%.

Yo sé que Eva me escucha. Yo sé que siente mi cuerpo desnudo pegado al suyo. También sé que la ansiedad la tiene sumida en una versión completamente desconocida para mí de ella.

Pero mientras le susurro al oído palabras de amor y magia siento cómo su cuerpo va cediendo. Va poco a poco cayendo en un profundo sueño. Y yo siento el orgullo de haber estado ahí reconfortando a mi mujer cuando de verdad necesita sentirse apoyada.

Eva, mi vida.

Estoy aquí.

A tu lado.

Este es mi sitio.

Esta noche y todas las demás.

Te amo.

17 respuestas

  1. Yo no os puedo aconsejar, esto es algo de dos pero lo que si se es que sois unos padrazos y que Matilde algún día cuando sea todo esto y cuando lea vuestra/su historia estará muy orgullosa de sus papás. Eres un gran marido, estás haciendo justo lo que las mujeres embarazadas necesitamos Espero que todo salga bien.

  2. Me he emocionado y llorado al leer la entrada… Justo lo que estás haciendo es lo que Eva necesita en este momento, eso es uno de los actos de amor más hermosos que se puede hacer por el otro, por tu mitad. No os puedo aconsejar qué hacer, ninguno de mis partos ha sido inducido, y eso que el primero fue después de la semana 40… Me dijeron que quizás hubiera que inducirlo y dije que no, que cuando tuviera que ser, sería. En el segundo en monitores ni me exploraron, me dijeron «vente mañana a ver cómo vas» y me puse de parto esa misma tarde… Sólo os puedo desear el parto que queréis que sea, sin influencias externas, el acto íntimo de traer un niño al mundo, sin que nadie decida cuando excepto vosotros. Ánimo y un enorme beso

  3. Mi primera hija nació en la semana 42. El segundo querían provocarmelo en la 41 porque había cambiado el protocolo… les dije que no iba a ir… nació ese mismo día pero cuando él quiso.
    Tu apoyo es lo mejor que puede tener tu mujer para espantar el miedo…

    1. Me anima escuchar vuestros comentarios con experiencias positivas.
      Por aquí andamos algo acojonados por los comentarios de miedo que nos meten conocidos y familiares. No había escuchado tanto la palabra meconio en mi vida.
      Un abrazo.

  4. Emocionada y con lágrimas en los ojos!Os entiendo,Alfonso! Confía,confiar…todo viene cuando tenga que venir,sucederá a su tiempo y Matilde estará con esa familia MAYUSCULA! Eres un crack!Un abrazo a los dos!

  5. Primero, decir que es maravilloso tu apoyo a tu mujer, es lo que una embarazada necesita.

    Segundo, desearos mucha suerte para el nacimiento de vuestra hija.

    Y tercero, no quiero fastidiar, pero….no habrá represalias por parte de vuestros médicos (ginesaurio, matronas, etc) por no haberos presentado a la inducción? Sé de casos en los que tratan fatal a la pareja por este motivo y acaban en innecesaria por gusto del ginesaurio….metiendo miedo, que si sufrimiento fetal, o cualquier excusa que vosotros como padres no entendéis bien y claro, quieres tener a tu hija viva…..

    Siento meteros más miedo, pero os lo comento para que conozcáis esa posibilidad…..no deberíamos ir a parir desconfiando del personal sanitario pero desgraciadamente no todos hacen las cosas por el bien de los pacientes, sobre todo en este tema de partos…..

    Mucha energia positiva!!

    1. Ginesaurio. Me encanta.
      Pues sí. Claro que tenemos miedo.
      Y nos planteamos muy seriamente esperar a ir de urgencias a otro hospital y punto.
      A ver si hay suerte y Matilde sale pronto.
      Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.